Luego de tres años en cautiverio, tres especímenes de cóndor llegaron este 1 de octubre hasta la Reserva Elemental Likandes para comenzar su proceso de liberación a la vida silvestre.
Esta actividad forma parte del Proyecto de Liberación de Cóndores que desde enero se desarrolla en conjunto entre Filantropía Cortés Solari y Aves de Chile-Unorch, junto a otros actores vinculados con el tema.
El cóndor: ave andina
El cóndor andino es el ave voladora más grande del mundo. Habita la Cordillera de los Andes desde Venezuela hasta el extremo sur de Chile y Argentina. Se alimenta principalmente de carroña de grandes animales. Conforman parejas de por vida y su tasa reproductiva es extremadamente baja, poniendo un huevo cada dos o tres años.
Los cóndores alcanzan su madurez sexual a los siete años, se reproducen cada dos, poniendo un solo huevo cada vez, y pueden vivir hasta los 60. Por eso es tan delicado que mueran cóndores en vida libre, porque como se reproduce muy lento cualquier factor que aumente la mortalidad de cóndores, producirá una baja en sus niveles poblacionales.
La tendencia natural es que mueran los más jóvenes, mientras los viejos mueren muy poco y si el ser humano interviene aumentando esos índices de mortalidad puede generar un daño difícil de revertir.
“Tenemos cóndores en el valle central, pero la población se ha ido retractando por las presiones humanas (desechos sanitarios, cebos tóxicos, líneas de alta tensión y perros asilvestrados). También el hecho de que la ganadería extensiva, que es el alimento del cóndor cuando perece, ha ido en retroceso”, explica Dominique Durand, Directora Ejecutiva del Proyecto de Liberación de Cóndores
Por esta razón, y dada su permanente vulnerabilidad, en el año 2000, se dio inicio al Programa Binacional de Conservación del Cóndor Andino Chile – Argentina y Chile (PBCCA), que opera en el país al alero de la Unión de Ornitólogos de Chile, Aves de Chile (Unorch).
Bajo este programa, ambos países trabajan unidos por la conservación del cóndor, cooperando con personas e instituciones comprometidas en el cuidado y respeto a la naturaleza.
Desde el año 1993, fecha en que se recibió el primer cóndor en el Centro para las Aves Rapaces, y hasta el año 2006, en el contexto del PBCCA, se había trabajado con más de 70 cóndores, ocupándose de su tratamiento veterinario, rehabilitación y manejo en cautiverio. Desde el 2002 a la fecha ya se han liberado más de 150 cóndores en el marco del PBCCA Chile – Argentina.
El objetivo principal de este programa es el estudio y la conservación de la especie a nivel local y regional sudamericano. Para el alcance de tal objetivo en Chile se realizan las siguientes acciones: Estudio de biología en la especie, Rehabilitación de cóndores dañados, Cría y liberación de ejemplares nacidos en cautiverio, Programa de Educación y difusión.
Para Eduardo Pavez, presidente de Unorch, trabajar con estas aves le ha permitido comprometerse aún más en el cuidado del medioambiente, “Los cóndores son una puerta de entrada a la filosofía de conservación de la naturaleza en un contexto global”.
“Siempre se habla de la crisis climática desde un punto de vista tan desesperanzador que se requiere que nosotros y las generaciones que vienen, empecemos a construir una educación diferente que nos ayude a tener una mirada y una relación distinta con los animales y con la naturaleza, y para ello, el cóndor es un tremendo aliado”, agrega la Directora de Proyectos en la Reserva Elemental Likandes, Gabriela Guzmán.
Tres cóndores llegando a Likandes
Tres ejemplares de cóndor llegaron desde Talagante hasta la Reserva Elemental Likandes para comenzar su proceso de liberación a la vida silvestre.
Son dos machos y una hembra; todos encontrados en malas condiciones y sin poder volar. Uno llegó desde las cercanías de Chaitén; la hembra viene de la precordillera de Chillán, y el tercero, de Guardia Vieja, camino a Portillo.
La llegada de estos animales estuvo acompañada por Francisca Izquierdo (directora ejecutiva) y Eduardo Pavez (presidente) pertenecientes a la Unión de Ornitólogos de Chile. Junto a ellos estuvieron Francisca Cortés Solari, Presidenta Ejecutiva de Filantropía Cortés Solari y la directora de Proyectos en la Reserva Elemental Likandes, Gabriela Guzmán.
Durante la llegada, Francisca Cortés agradeció el poder estar ayudando a conservar esta especie, se trata de un proyecto muy relevante para la fundación y en el que, durante seis meses, se ha puesto toda la energía, profesionalismo y recursos para conseguir los mejores resultados. “El cóndor es un animal paragua, un ave emblemática, que representa a la Cordillera de Los Andes y que forma parte de su cadena trófica, siendo fundamental para todo este ecosistema”.
El proceso de liberación tendrá que ser llevado a cabo de manera gradual, ya que no se conoce la experiencia que tienen estos cóndores en la vida libre. Por lo mismo, para Eduardo Pavez: “La rehabilitación de aves rapaces es un proceso muy complejo. Las aves rapaces son depredadores, verdaderos atletas y, por lo tanto, deben estar en óptimas condiciones para ser reinsertados en su ambiente natural. Van a competir con pájaros que han estado toda su vida en libertad”.
Rehabilitación, un proceso lento pero que da frutos
No más de un 35 a 40% de las aves que recibe la Unorch están en condiciones de ser liberadas. Una vez puesta en libertad, la probabilidad de que un porcentaje muera es alta debido a la dura competencia y no es fácil sobrevivir en el ambiente natural. Sin embargo, “En el caso específico de los cóndores, el éxito es mucho más alto” señala Pavez.
En la Reserva Elemental Likandes se han construido jaulas, especialmente hechas para este propósito – llamadas aviarios -, donde estarán estas tres aves. Razón para cada detalle de la etapa final, que consiste en la aclimatación y pre-liberación de los cóndores en un sector especialmente aclimatado de Likandes, ubicado en el Cajón del Maipo, que cuenta con las condiciones adecuadas para concluir con éxito el proceso.
La directora de Proyectos en la Reserva Elemental Likandes, Gabriela Guzmán, recalcó la importancia de que estos serán sus últimos días entre rejas: “Nos quedan 46 días cuidando a los cóndores; la idea es que no tengan contacto humano desde ahora en adelante para que puedan adaptarse a su nueva vida silvestre”
Luego de su liberación comenzará el monitoreo. Gracias a unas bandas alares en las alas, un transmisor de radio en un ala y un transmisor satelital en la otra, los especialistas podrán mantenerse informados de la situación de los cóndores; “el proyecto permitirá recopilar datos asociados a este proceso, ya que incluye monitoreo de vuelo posterior a liberación para facilitar y motivar investigaciones científicas” agrega Guzmán.
La combinación de ambos transmisores que tienen el tamaño de una caja de fósforos y funcionan gracias a un panel solar es fundamental. Datos relevantes son obtenidos gracias a estos aparatos, como la posición y altitud del cóndor, el patrón de vuelo, sus rutas de vuelo y toda la información necesaria para saber si se está reinsertando adecuadamente o no.
Por otra parte “muestra las buitreras, estos son grandes -hoteles de cóndores- que utilizan cuando no alcanzan a volver a su nido. Nos entregan información muy importante, ya que podemos estudiar su dieta y cuales son sus patrones de movimiento” señala el presidente de la Unorch.
Con estas todas estas bases, se espera concretar uno de los mayores objetivos de este trabajo en alianza que es la implementación, en un corto plazo, de un Centro de Liberación de Cóndores en el Cajón del Maipo que permita realizar re introducciones de cóndores rehabilitados a su hábitat natural y su posterior estudio.
Unorch junto a Likandes también se han preocupado por informar a las comunidades que están entorno a los lugares de liberación. Educando e involucrando a la comunidad sobre lo que ambas instituciones están haciendo y mostrando la importancia que tiene para el entorno en el que ellos viven.