[El Mostrador] La colección de libros que explora el vínculo entre los saberes ancestrales y el cambio climático

[El Mostrador] La colección de libros que explora el vínculo entre los saberes ancestrales y el cambio climático

Reúne relatos de cultores y cultoras de los pueblos Lickanantay y Quechua. “Tienen que ver con la vida, las semillas, la agricultura, el universo”, señala Francisca Cortés Solari, presidenta ejecutiva de Fundación Caserta. La presentación es el martes en el Museo Precolombino de Santiago.

Una colección de 10 libros sobre “Saberes Ancestrales y Cambio Climático”, lanzará la Fundación Caserta y Reserva Elemental Puribeter este martes 1 de octubre, a las 18:00 horas, en el Museo Precolombino de Santiago (Bandera 361, Metro Plaza de Armas).

La obra es fruto de una investigación en la que durante tres años, un equipo interdisciplinario trabajó en conjunto con cultores andinos del Desierto de Atacama, el más árido del mundo, para salvaguardar este patrimonio  cultural e inmaterial, de invaluable valor para Chile y el mundo.

Se trata de 10 libros de la colección y cada uno de los temas aborda alguna temática relacionada con el cambio climático. Está Tiempo Andino; Cosmovisión Andina; Madre Tierra; La Semilla, El Espíritu del Agua; Herbolaria Ancestral, Nutrición Ancestral, Técnicas Agrícolas y Calendario Agrofestivo.

Previamente, las publicaciones fueron dadas a conocer en un evento en Puribeter, Reserva Elemental ubicada en San Pedro de Atacama, el pasado 14 de septiembre.

Francisca Cortés Solari, presidenta ejecutiva de Fundación Caserta explicó que “los libros abordan la cultura del mundo andino con saberes ancestrales desde el Desierto de Atacama, el más árido del mundo. Estos relatos tienen que ver con la vida, las semillas, la agricultura, el universo. La conexión entre la tierra y el universo es algo tremendamente valioso, se trata de un legado para la humanidad porque es el origen para la supervivencia”.

Fundación Caserta es una organización sin fines de lucro, parte de Filantropía Cortes Solari, que este 2024 cumplió 21 años de trayectoria, pionera en desarrollar una educación integral para Chile, formando agentes de cambio para una sociedad desafiada a transitar a la sostenibilidad, según señala en su sitio web.

Temáticas

Los diez libros que componen la colección muestran la cosmovisión de 21 cultores andinos, quienes se refieren a temas como el uso y cuidado del agua; el resguardo de las semillas; el valor de los ciclos y del “tiempo andino”; los usos y propiedades de sus hierbas medicinales, entre otros, todos en base a sus propias prácticas y saberes ancestrales que abren la posibilidad para conectar con lo que es vital para la supervivencia del planeta, ante el escenario que presenta la crisis climática que enfrentamos.

Los entrevistados participaron en todos los procesos del proyecto: revisión y corrección de textos y material audiovisual, fotografías e ilustraciones, a fin de resguardar que todo el material sea pertinente culturalmente, y represente las visiones y percepciones de los cultores.

Los libros -que serán entregados en establecimientos educacionales, también contienen fotografías de los cultores, de los paisajes de San Pedro de Atacama e ilustraciones. Los títulos de las obras fueron traducidos a la lengua ckunsa, originaria de los pueblos atacameños.

Los cultores plasmaron la importancia del medio ambiente en los libros y en videos.

Rubén Colque, de Calama, se refirió al valor de los recursos hídricos: “el agua para mí es vida, es el elemento sagrado que nos da a nuestros pueblos la agricultura, la ganadería y eso viene desde que somos mundo, desde que somos planeta. Es importante porque en las comunidades ya no hay agua. En los pueblos el agua no se desperdicia, el puricakamani, es el encargado del agua, de repartir el agua en las comunidades, son guardadores; el purickamani que viene de familia, son linajes”.

Sobre la protección de la flora local, Erika Pérez Armeña, de San Francisco de Chiu Chiu, afirmó que “hay que agradecerle a la semilla, cualquiera que sea; es un poder que nos dio nuestro planeta, el sol, la lluvia, el viento, la tierra y la Pachamama. Pido a los jóvenes que tengan conciencia, que respeten. A esos niños que se integren con sus abuelitos preguntándoles, hay que aprender de ellos. Ya no existen las siembras antiguas, pero es importante que nuestros abuelos nos cuenten, ellos tienen sabiduría”.

Participó Marcela Iglesias como la editora del proyecto y Munay Producciones realizó todas las cápsulas educativas de los diferentes cultores y cultoras. Las entrevistas fueron realizadas por Karen Vera y la fotografía, de Andrea Vera. La revisión con pertinencia cultural, el glosario y la co-investigación también fue realizada por Juan Carmelo Ramírez.

Cambio de enfoque

Cortés Solari explicó a El Mostrador que junto a Daniela Díaz, investigadora a cargo del proyecto, “venimos trabajando hace 14 años en torno a proyectos relacionados con la conservación patrimonial. En este caso se trata del tercer proyecto que cobra una particular importancia pues busca resguardar el patrimonio cultural en relación a la agricultura, agua, y el cambio climático en general”.

“Esta colección constituye una guía llena de sabiduría y conocimiento ancestral en materia de conservación de biodiversidad. Se trata de una guía no solo destinada a Chile sino al mundo entero, en la medida que nuestra sociedad debe enfrentarse a la sobrevivencia y debemos aprender a ser sobrevivientes”, señala la presidenta ejecutiva de Fundación Caserta.

Al ser consultada sobre cómo se inserta la colección en el trabajo de la Fundación, Cortés Solari respondió que “la conservación es multidimensional. Llevamos más de 20 años trabajando un modelo que incluye la dimensión ambiental, social económica y cultural. Por tanto, el territorio y su cultura son elementos fundamentales al desarrollo de estrategias eficientes de conservación”.

La Fundación tiene un vínculo de larga data con los pueblos originarios.

“Como Fundación entendemos que la relación con todas las comunidades es esencial. No hay forma de avanzar hacia las metas 30×30 sin un diálogo incluyente entre el sector público, privado pero también la sociedad civil y como no, nuestras culturas originarias”, señala Cortés Solari.

Además invitó adescargar estos libros desde el canal www.fcs.tv, a partir del 5 de octubre.

“En ellos encontrarán testimonios sobre el respeto al recurso hídrico, pero también el entendimiento sobre los ciclos de la naturaleza y su equilibrio. En algún momento los líderes originarios tendrán que sentarse en las mesas multilaterales a ser parte de la solución”.

Cambio de enfoque

Por su parte, Díaz señaló que los pueblos originarios entregan “un cambio de enfoque y de mirada; su cosmovisión genera grandes enseñanzas. Vivir más lento; vivir los procesos y respetarnos. Es fundamental el mensaje”.

También destacó la importancia de revitalizar la lengua Kunza a través de los textos.

A su juicio, hay que “entender que la lengua es vital porque cada uno en sí mismo representa una manera de poder experimentar, sentir y vivir esta experiencia. Entonces, cuando muere una lengua, muere también una forma de vida, una manera de entender el entorno. Este proyecto contempló un trabajo exhaustivo con los cultores, respetuoso; hubo dedicación y sucesivas conversaciones para poder reunir este valioso material”.

Díaz resaltó además que la colección va dirigida a todo tipo de público.

“Tiene un lenguaje que trata de ser muy comprensivo, pero también tiene aportes científicos, reflexiones que nos permiten ir tomando conciencia sobre cómo son nuestras prácticas cotidianas en torno al cambio climático. Tiene consejos, entonces va dirigida a un público que es muy abierto: desde educadores tradicionales, estudiantes, niños y niñas. También personas que estén en la toma de decisiones, entendiendo que para nosotros es vital tener en el centro a los pueblos originarios como actores relevantes, en cuanto a lo que está pasando con el cambio climático hoy. Sobre todo por el nivel de experiencia que tienen por generaciones y generaciones, donde al final son los grandes sobrevivientes. Imagínate en el Desierto de Atacama, donde han tenido que enfrentar tantas crisis hídricas y aun así perduran”.

Temáticas

En cuanto al contenido, Díaz cuenta que “Tiempo Andino”, por ejemplo, “nos hace reflexionar sobre cómo estamos concibiendo el tiempo de los occidentales, donde en general nos hemos olvidado de tener esta mirada de los ciclos, de sintonizar con la naturaleza como lo hacían antiguamente, donde el tiempo no se guiaba por el reloj, sino que por las señales de la naturaleza, de las estrellas”.

“En ese sentido, era una manera de relacionarnos de una forma distinta con el entorno, observando, sintiendo, entonces el aporte al menos de este capítulo es de poder poner un cambio de mirada en cuanto al tiempo que nos permita relacionarnos más con nuestro entorno y también poder entender los diferentes ciclos: por ejemplo, cuándo es mejor sembrar, de cómo se puede medir el tiempo también en relación a las diferentes fases. Hoy los cultores comentan que la relación con el tiempo ha ido cambiando, incluso hay algunos nacimientos de flora y fauna que no corresponde muchas veces a las estaciones”.

Por otro lado, cuando se habla del tema “semilla”, “es muy importante porque nos ayuda a entender su valor. A través de esta hay una memoria que es ancestral, una memoria genética, es un patrimonio cultural. Cómo poder tener una semilla, mantenerla y cuidarla. También la importancia de preservarla, de pedir permiso antes de poder sembrar. Hay una cosmovisión que tienen los pueblos originarios con la naturaleza en ese sentido”.

El capítulo “Técnicas agrícolas” aborda cómo enfrentar de mejor manera el cambio climático. Por ejemplo, a través de técnicas como las terrazas de cultivo, que ayudan a aprovechar mucho más el agua en los mismos cultivos.

También se habla de la rotación del cultivo, en fin, variadas técnicas que ayudan a aprovechar mejor los recursos.

En el capítulo “Calendario Agrofestivo”, se aprende las diferentes actividades de rituales y también de festividades que las comunidades andinas.

“Y en ese sentido aprendemos sobre festividades religiosas y el Día de la Madre Tierra, que es el primero de agosto, un día que se celebra a la Tierra porque está todo vivo”.

Enseñanzas de pueblos originarios

Al ser consultada sobre qué nos pueden enseñar los pueblos originarios sobre la convivencia en armonía con la naturaleza, Díaz responde que se trata de aprender “un cambio de paradigma”.

“Y esto se logra a través de su cosmovisión, de su manera de relacionarse con la naturaleza y con ellos mismos. A través de ellos hay valores como la reciprocidad, la relación, el respeto y el cuidado al otro. Nos desafían a tener un cambio de mirada. Pasar de una mirada basada en el ego -donde el ser humano es el centro de la naturaleza-; a una mirada más centrada en que el ser humano es uno más y debe respetar a todas las especies”.

Otro aporte tiene que ver con prácticas sostenibles en el tiempo, “prácticas en el día a día que nos permitan y nos ayuden a mitigar el impacto del cambio climático”.

“Otra área importante es la relevancia de dejar una herencia para las futuras generaciones. Para ellos es muy importante registrar y tomar conciencia de que los abuelos, abuelas, ya muchos están falleciendo, están muriendo. Y lo importante que es poder resguardar estos saberes. Los bancos de semillas, los intercambios de semillas, también esta relación de respeto al otro”.

Y resalta frases como esta: “nosotros no podemos explotar el cerro porque para nosotros el cerro está vivo”.

“Entonces muestran un cambio de mirada y de enfoque, desde el respeto y admirar a todos los seres animados e inanimados como seres importantes, donde nadie está sobre otro”, concluye.

Fuente: El Mostrador